viernes, 23 de diciembre de 2011

"EL HOMBRE"


Nunca se dio en la historia Argentina otro caso con el que protagonizo Hipolito Yrigoyen, una personalidad que entro en la leyenda antes del triunfo. Una cantidad de expresiones señalaban, antes de 1916, la figura del caudillo radical con las connotaciones de una jerarquia superior : desde payadas y canciones que exaltaban sus virtudes, hasta semblanzas y testimonios que intentaban definirlo. Pero el propio Yrigoyen no facilitaba esta publicidad ; por el contrario, huia de ella al punto que fueron escasisimas las fotografias que en esa epoca pudieron tomarle los "reporteros".

En 1916 Yrigoyen tenia sesenta y cuatro años, aunque su piel ligeramente cetrina, sin arrugas, y su pelo renegrido disimulaban su edad. Muy alto, todavia esbelto, con un bigote ralo, todos los testimonios coinciden en atribuirle un raro encanto y un poder de seduccion infrecuente. Era un hijo de vasco frances que ejercio diversos oficios y de una hermana de Leandro Alem. Hizo estudios de derecho pero nunca ejercio la abogacia. Lanzado a la politica desde muy joven, de la mano de su tio, fue diputado provincial y luego diputado provincial en 1880-1882. Durante la hegemonia de Roca se alejo de la politica militante, dedicandose a la actividad agropecuaria : era criador e invernador, primero arrendando campos en la provincia de Buenos Aires y luego adquiriendolos. Al mismo tiempo daba clases de filosofia en la Escuela Normal de Mujeres, en el viejo edificio que todavia se conserva en Cordoba y Riobamba : era un adepto al krausismo, una corriente filosofica que cundio por aquellos años en España y que modelo la ideologia del caudillo radical con un sentido principista y una clara definicion de la funcion de los "organismos intermedios" en la vida social.

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