Desde ese momento comenzaron intensas especulaciones e intrigas. La definicion que debi surgir era fundamental.
La clave de la designacion final de Yrigoyen radicaba en los 19 electores que pertenecian a la "UCR de Santa Fe". Era esta una disidencia aparecida un año atras con motivo de la renovacion de los poderes provinciales: el radicalismo local apoyaba a Rodolfo Lehman, mientras que la direccion nacional se inclinaba por Enrique Mosca. No hubo adevnimiento y la UCR se dividio en Santa Fe, aunque, la mayoria de los radicales de la provincia se enrolaron en la disidencia: cuentase que Alvear, enviado alli para prestigiar al nucleo fiel a la conduccion nacional, no encontro siquiera a correligionarios que fijaran carteles en las paredes de la ciudad, y hubo de hacerlo por si mismo.
El caso es que los diecinueve electores santafecinos decidirian la eleccion de Yrigoyen. Pero el caudillo se nego a entrar en ningun tipo de negociacion, y durante unas semanas se recluyo en su estancia, dando orden al personal de no dejar pasar a ningun visitante. Por su parte, el gobernador Ugarte ofrecia a su colega santafecino todo lo que quisiese, a cambio de que transfiriera sus votos a una personalidad conservadora; inclusive llego a ofrecerle la presidencia de la Nacion como precio de los codiciados sufragios.
Pero la convencion de la UCR Santa Fe decidio que los electores votaran por Yrigoyen : a pesar de la disidencia que los separaba, la tradicion comun y un imperativo democratico se impuso sobre las intrigas palaciegas. Y el 20 de julio, el colegio electoral elige presidente de la Nacion a Yrigoyen, con 152 votos ; el resto se reparte entre Angel Rojas, Conservador; De la Torre, democrata progresista; Juan B. Justo, socialista y Alejandro Carbo, pedagogo y ex diputado nacional nacido en Entre Rios, que integro la formula presidencial con De La Torre.
Una alta leccion de moral civica habia emanado de este proceso: por un lado, el candidato presidencial votado mayoritariamente por el pueblo, que rehusa participar en negociaciones para ganar el poder; por otro, sus correligionarios disidentes, que se niegan a beneficiarse del azar electoral y sufragan sin presiones ni subterfugios por su antiguo lider.
Los ditintos avatares que se habian vivido en la segunda instancia de la eleccion presidencial marcaban bien la epoca que terminaba y los tiempos que se inauguraban con la llegada de Hipolito Yrigoyen al poder. Y esto pudo apreciarse cuando el binomio presidencial fue practicamente llevado en brazos del pueblo desde el congreso hasta la Casa Rosada.
Los enfervorizados radicales desengancharon los caballos del carruaje presidencial y lo arrastraron a lo largo de la avenida de mayo, brindando un espectaculo que los hombres del regimen desplazado, consideraron repugnante, pero que no fue sino la manifestacion de una nueva presencia multitudinaria en el escenario nacional.
La reparacion se ponia en marcha... y a pulso!!!!
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